Nos encontramos con una avalancha de iniciativas para someter a votación popular varios plebiscitos en octubre de este año.
Parece que muchos consideran que lo mejor para impulsar sus propuestas es agregar cosas a la Constitución. ¿Es correcto utilizar la democracia directa permanentemente? ¿No se desvaloriza el instrumento del plebiscito de esa forma? ¿O por el contrario es el mejor método para salvaguardar las conquistas que se puedan lograr? ¿No complica la elección nacional la existencia de tantas consultas en forma simultánea? ¿Vale trata de ganar en la liga lo que se perdió en el partido? ¿No sería mejor hacer una reforma constitucional en serio a mitad del periodo de gobierno? ¿Se busca perfilismo electoral con este tipo de acciones? ¿La constitución es un chicle?
Lo cierto y concreto es que, sin la posibilidad de que la policía haga su trabajo de noche, los delincuentes duermen tranquilos y su mercadería está a salvo.